Sí, estoy súper indignado (indignado todo el rato): las políticas actuales capitalistas de gestión urbana y ciudadana son VORACES hacia la propia ciudadanía, esto es, nos restringen espacios de expresión y difusión cultural (cultura = identidad), nos restringen los cuidados a través de los medios públicos (transporte, elementos urbanos, parques, jardines, pipicanes…) y, encima, hay presión a la baja con la competencia comercial y capitalista todo el rato (todo el rato es producir y consumir, ser productor y ser producto). Nuestras ciudades más atractivas se han convertido en un gran escaparate que no visibiliza la triste realidad de la ciudadanía y se muestran las ‘highlights’ a un público que solo quiere ver cosas brillantes y nada que le haga recordar que es humano (cero empatía y mucha violencia turística).

En conclusión: hemos permitido un diseño de nuestras ciudades absolutamente insostenible para con nosotros mismos. Todo mal. Vamos a discutir y pelear el diseño de nuestro hogar entre todxs, por favor.

Un ejemplo rápido y real: en Málaga acabamos de perder el servicio público de bicicletas (podéis seguir a la asociación Ruedas Redondas para más info) y uno de los espacios históricos autogestionados, La Casa Invisible, está recibiendo altas presiones políticas para su desalojo inminente.

Ayer soñé con el alcalde de Málaga, que me hablaba de tú y se sabía mi nombre; yo le preguntaba: ¿hasta cuándo este modelo de ciudad, Francisco?”. Me desperté del sueño sin obtener una respuesta.

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