Ayer estuve en un restaurante de comida asiática donde había una cinta transportadora de platos de comida -¡dos cintas, en realidad!- y nos llegó un plato con dos makis con lo que parecía un pegote de ketchup, automáticamente pensé: «Tengo una viñetuela de eso». Y era verdad que la tenía. Al final el pegote de ketchup no era ketchup, era salsa Siracha y me comí esos makis.
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